dijous, 14 de juny del 2018

El final. El inicio.

14-06-2018. Hoy. Un jueves cualquiera que deja de serlo en el momento que plegues y abandones tu querido torno. Nuestro querido torno. El mismo que te ha permitido levantar una familia a base de mucho esfuerzo y mucho sudor.

Mis recuerdos acerca del gran padre trabajador que estás hecho son muchos.
Muy levemente recuerdo cuando íbamos con la mama y mis hermanos a buscarte algunas tardes a la zona baja de Badalona, un taller pequeñito con un escalón en la entrada y un gran ventanal. Siempre salías con el traje azul y las gafas de tornero a decirnos que ya salías. También recuerdo con mucho cariño cuando por las mañanas, sobre las 6.10 marchabas con frio, lluvia, tormenta, viento… y antes de salir de casa nos dabas un beso de buenos días a mi hermano y a mi, en aquellas camas plegables en forma de L.

No me olvido de cuando, al mediodía, esperábamos en la ventana asomados o en el balcón, a que aparecieras por la esquina de la petanca; señal que ya habías aparcado el coche en casa de la yaya y podíamos avisar a la mama que ya podíamos empezar a comer. Viendo el EQUIPO A, Bonanza, El coche fantástico, o la serie que correspondiera a ese momento de la historia.
Si avanzamos en el tiempo, lo siguiente fue la semanada. Como  negociábamos si tocaban veinte duros o un poco más, para comprarnos un POLO en la Juani… o como de inflexible te mostraste cuando no me compraste la moto bajo ningún concepto. Aún hoy te lo agradezco. O mi primer castigo sin ir al Camp Nou, un barça – logroñes…

Me viene a la mente recuerdos imborrables. Fines de semana en Moià, viajes de 7 en el coche, (Renault 19, B1832KD), días en bici, llevarme a cursas en mis inicios de btt a pueblos recónditos, partidos de futbol sala (algunos de ellos complicados), mi boda, el viaje a Roma y otros tantos recuerdos que me darían para escribir algún que otro libro. Todos y cada uno de ellos forman parte de la educación que me has dado, y que bajo mi punto de vista ha rozado la perfección. Valores, humildad y trabajo. Así de “fácil”. Durante toda la vida nos has enseñado lo que cuesta ganarse las cosas, y creo haberlo aprendido a la perfección, claro que con un buen maestro ha sido más fácil.

Y tras muchas etapas, hoy acabas la más importante. La del trabajo. El que ha sustentado todo lo que te rodea. Ahora empiezas la definitiva. Tienes hijos casados, nietos, nietas, mujer, salud, … tienes todos los ingredientes para una receta inmejorable. Para disfrutar el bien más preciado de los tiempos que corren, EL TIEMPO. Pasear, viajar, guardar el reloj, montaña, playa, …

Papa, te deseo lo mejor en la etapa dorada de la vida, gozas de salud, amor y dinero para aprovecharlo al máximo, te lo mereces!!


TE QUIERO!