Estimada iaia:
Dimecres vaig fer 33 i per primer cop no estaves. Sí al meu cor i al meu pensament, on romandràs sempre. Et deixo les 4 línies que et vam dedicar el dia que ens vas deixar:
"Querida
yaya:
El
domingo nos dejaste. Te fuiste de igual manera que nos has acompañado durante
una vida, de una manera discreta, sin hacer ruido, sin hacerte notar, y sobretodo, haciéndote querer.
Porque
tú eras así. Una mujer en mayúsculas. La mujer que todo marido ama, la madre
que todo hijo adora, la suegra que toda nuera desea, la abuela inolvidable y la
bisabuela adorable. Una mujer que supo hacer familia. La formaste con el yayo,
el yayo Juan que tanto queremos. Primero vino Agus tín
y luego Roberto. Con ellos llegaron las nueras, Mercedes y Virtudes, que
acogiste y quisiste como 2 hijas más, y que te dieron 5 nietos.
La
mayor Vanesa, luego Aida, Roberto, Juan y por último el pequeño, Jordi. Cada
uno de tus nietos ha ido tomando el ejemplo que primero diste a tus hijos y que
ellos supieron transmitir a la perfección. Esa lucha de hormiguita, del día a
día. Que no falte salud. Con salud y esfuerzo, todo lo demás viene solo. No
hacen falta lujos.
Y
qué razón ten ías. En Manlleu y en
Moià, nos conformábamos con poco. Poco y mucho a la vez. Subía la familia Sabio
– Briones con unas gambas y éramos los reyes del mambo.
Nos
juntábamos los domingos en tu casa, en familia, y nos contábamos alegrías y
penas. Y así, con sencillez fuimos creciendo humildemente. Y llegaron Jordi, el
bonachon, Diego, el argentino, Elisenda , Mucha hembra pa’ ti, Águeda, de Cadiz
y judith, de Terrassa. Y con ellos las alegrías. Biel, Pau, Martina, Jordi y
Sofía.
De
todos y cada uno de nosotros siempre te despedías con un SI DIOS QUIERE, HIJO,
mientras esperabas al último momento para cerrar la puerta de casa.
Y
así, el martes pasado, te despediste de mi. Estabas en el hospital y yo te
explicaba que el año pasado corrí la maratón de Barcelona por mi hija. Ella me
motivó para ir a entrenar y por ella la acabé. Mientras te decía al oído que
este año eras tú mi máxima motivación para correr, me repetías: SI DIOS QUIERE,
HIJO, LO HARAS.
Hoy,
todos tus seres queridos nos hemos juntado para despedirte. Y no hay mejor
despedida que no olvidarte. Porque no olvidaremos nunca lo que fuiste, una
persona buena y sencilla.
YAYA TE QUEREMOS. "
Diumenge que bé torno a còrrer una marató, aquest cop de muntanya. Durant la cursa, en algun moment, em donaràs força.
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